viernes, 2 de julio de 2010

La opinión de Zamora



N. S. El pintor José Luis Ceña vuelve a la ciudad, tras la buena experiencia que tuvo el año pasado en una exposición colectiva. En este caso el andaluz, afincado en Madrid, presenta una veintena de obras en la sala de exposiciones «Espacio 36» que tienen en común la temática del agua.


-¿Qué es «Bañistas», título de la exposición que inauguró ayer en Zamora?


-Es una muestra de una veintena de cuadros, realizados en óleo y acrílico, que recoge mis últimas creaciones, una serie de bañistas. Desde cómo se mueve la gente en el agua, tanto encima como debajo, así como todo aquello que guarda relación con el medio acuático, como un niño nadando o mujeres tomando el sol o un visitante en un acuario. En mis obras lo que me interesa es la luz. Antes había trabajado con fachadas de edificios, pero el agua me da muchas posibilidades con la iluminación. Me resulta fascinante los reflejos o bien cómo incide la luz en el líquido. Nací en Málaga y, quizá, por mi origen tenga un interés especial por todo lo que representa la playa y el agua. Mis pinturas captan lo mucho que a la gente le gusta el medio acuático cuando llega el verano, ya que ante todo me interesan las figuras. También en la exposición he incluido varios paisajes rocosos.


-¿Cómo plantea las pinturas subacuáticas?


-A partir de fotografías que he realizado con una cámara de fotos acuática. A raíz de comprármela comencé a hacer instantáneas en los sitios de veraneo y luego las plasmé en cuadros. La temática de bañistas la trato desde hace varios años, mientras que la de personas bajo el agua, desde hace menos de un año. Ahora he comenzado a trabajar con figuras cayendo al agua, como tirándose a bomba. Trato de hacer que los cuadros carezcan de puntos de apoyo y plasmar únicamente los fondos, que no se vea nada de superficie. Son obras con mucho espacio y con una amplia gama cromática de verdes y de azules. También estoy tendiendo a formatos más grandes de cara a la venta y a los concursos.


-Precisamente usted ha participado en los últimos años en muchos certámenes creativos.


-Sí, a los que puedo porque vivir de la pintura es bastante complicado. El tomar parte en ellos también supone una manera de darte a conocer, ya que si no te ven no existes y nadie va a adquirir ninguna de tus creaciones. El arte no es un bien de primera necesidad y su venta ahora es muy complicada. También cuesta a los nuevos artistas llevar a cabo una exposición individual. No obstante, si tienes un trabajo armónico y eres serio, finalmente, hay gente que apuesta por ti. Cuando tienes un currículum decente, algo que logras presentándote a certámenes, resulta más fácil conseguir exhibir. En mi caso el concurrir en los certámenes ya me está dando sus frutos, puesto que algunos integrantes de jurados son galeristas y a través de ellos se conoce tu producción.


-¿Se precisa el apoyo de instituciones o fundaciones al comenzar la carrera profesional?


-Sí, y ahora más. Tal y como está la situación económica la figura del mecenas sería necesaria porque te permitiría pintar con libertad, pero es muy difícil.


-Usted estuvo becado por la Fundación de la Casa de la Moneda.


-Efectivamente. Hice desde grabado a pintura durante un período de tres años. En estos momentos soy profesor de la Fundación.


-¿Cómo combina las facetas de docente y artista?


-Bien. Es muy interesante porque imparto clases a jóvenes que tienen mucho interés. Son personas que tienen muchas posibilidades, que progresan y que ves que pueden llegar lejos y se esfuerzan por aprender. La Fundación de la Casa de la Moneda la creó la Reina hace más de 20 años para respaldar a los artistas y a los interesados en aprender un oficio. Mi labor como profesor no me quita mucho tiempo porque son tres días de clase a la semana. Trabajamos distintas técnicas pero en la que me encuentro más cómodo, sin duda, es en la pintura. Ojalá pueda seguir pintando durante mucho tiempo.


-¿Cuál ha sido su secreto para hacerse con un hueco en el panorama pictórico?


-Cuando estás en la Universidad parece que hay menos gente dedicándose al arte y luego, te das cuenta de lo importante que es la tenacidad. Te planteas que tienes que tener siempre obra disponible porque te pueden llamar de algún sitio. La gente considera que comprar una obra pictórica es un capricho, idea que debería desaparecer porque es arte y, con el tiempo, se revaloriza. Me gustaría que las salas de exposiciones tuviesen tanta afluencia de público como las tiendas de ropa durante el primer día de rebajas.


Málaga, 1982


Comenzó en el arte porque siendo pequeño le decían a sus padres que tenía cualidades. Recibió clases y finalmente se decidió y realizó el examen de ingreso en la Universidad Complutense de Madrid. Tras salir de la «burbuja» del centro universitario comenzó «a buscarme las habichuelas», como él dice. Su perseverancia y la participación en innumerables certámenes le han permitido que sus creaciones dispongan ya un reconocimiento. Señala que pintar es su trabajo y al mismo tiempo una afición que le hace conocer todos los colegas que puede. En su tiempo libre le gusta estar con sus amigos y no practica ningún deporte acuático.